Muchas empresas se plantean la misma duda: “¿Qué tengo que contar yo en las redes sociales?” Pues probablemente mucho, solo tienes que conocer a tus clientes, saber qué les interesa para poder dárselo. Y para eso están las redes sociales. El entorno 2.0 va más allá de publicar contenido unidireccionalmente.
De hecho, un estudio reciente de la plataforma Spredfast indica que el contenido engendrado por las marcas en las redes sociales tiene su origen en la generación de conversación, es decir, en las preguntas y quejas que realizan los usuarios, y en las respuestas que tú como marca les das.
En definitiva, las redes sociales nos permiten conocer más a nuestro público objetivo, descubrir lo que les gusta, lo que necesitan, lo que quieren que les ofrezcamos. Pero lo más importante es que las redes sociales nos ayudarán a mejorar el trato con nuestros clientes. Los tradicionales teléfonos de atención de una empresa ya no suenan tanto como antes.
Esto es así desde que las redes sociales existen. Y lo comprobamos a diario, al gestionar las redes sociales de nuestros clientes, marcas de sectores muy dispares y con públicos objetivos muy distintos, pero siempre con algo en común. A los usuarios nos resulta más cómodo hacer una consulta lanzando un tuit y no llamando por teléfono como lo hacíamos hasta ahora, y preferimos enviar un mensaje privado en Facebook antes que enviar un email. Nos hemos acostumbrado a que las redes sociales sean nuestra vía de comunicación para todo: para resolver dudas, para realizar sugerencias y para quejarnos.
Este último apartado, las quejas, es el que más asusta a las empresas, cuando en realidad es el que más puede aporta a nuestro posicionamiento de marca, si lo hacemos bien claro. Nuestro objetivo debe ser el de estar ahí para responder y actuar ante una queja, puesto que si la atendemos correctamente y damos una solución al usuario, inmediatamente será un cliente satisfecho que nos reportará una buena imagen de marca.
Por eso, es muy importante reaccionar con rapidez ante cualquier comentario de los usuarios, sea una queja, una consulta o una sugerencia. La mayoría de las empresas responden a sus clientes en el mismo día, sin embargo, esto no es suficiente. Los usuarios somos impacientes por naturaleza, y esperamos que se nos responda en un plazo mínimo de una hora. Así lo dicen las estadísticas.
Teniendo esto en cuenta, se hace imprescindible dotarnos de una guía, un protocolo de actuación que nos permita actuar con eficacia ante cualquier comentario negativo o positivo.
De ahí que digamos que las redes sociales son mucho más que un canal de comunicación para hacer llegar a nuestros clientes nuestras promociones y ofertas. Así que cuando te plantees por qué debo estar en las redes sociales piensa si tu empresa necesita de un canal de atención al cliente. Si es así, no olvides que Internet se ha convertido en la primera opción para canalizarlo.